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Cómo cuidar el Cepillo de Dientes y cuándo reemplazarlo

El cepillo de dientes es nuestro mayor aliado, a la hora de combatir y prevenir cualquier patología referente a nuestra salud bucodental. Gracias al cepillado frecuente, bien realizado, conseguimos eliminar los restos de la comida en nuestra boca, así como las bacterias y gérmenes que se pueden alojar.

Como toda herramienta fundamental, en nuestro cuidado, hay que saber mantenerla, para que cumpla su objetivo a la perfección. Es decir, no solo vale con cepillarse los dientes 3 veces al día, hay que cuidar el cepillo.

Precisamente, en este artículo nos vamos a centrar en el cuidado del cepillo dental y en una de las preguntas más frecuentes, a este respecto: ¿cuándo hay que cambiar el cepillo? Pues bien, ¡os vamos a hablar de todo ello!

Recuerda que, en otros artículos, os hablamos de cuestiones tan importantes como el adecuado cepillado de los dientes.

¿Por qué hay que Cuidar el Cepillo de Dientes?

Hay muchas razones, por las cuales hay que tener un cuidado del cepillo de dientes. EL motivo principal de su cuidado reside en la cantidad de gérmenes que bacterias que puede acumular y que luego nos llevamos a la boca, pudiendo provocar infecciones.

No hay que olvidar que el cepillo de dientes se encuentra en el baño y es u auténtico foco de gérmenes. Es más, si no se tiene especial cuidado, es posible que hasta baterías intestinales acaben en el mismo, ¡como lo oyes!

Cuidado y Reemplazo del Cepillo de Dientes

Ahora, os vamos a mostrar algunas de las cuestiones más importantes, con las que asegurar que el cepillo de dientes esté en perfectas condiciones para su uso.

Evitar la Contaminación Cruzada no juntándolo con otros Cepillos

Cuando vivimos varias personas, bajo un mismo techo, solemos guardar diferentes productos de higiene juntos. En este caso, puede que guardes el cepillo de dientes, junto a los de los demás.

La realidad es que este hábito está totalmente contraindicado, porque puede haber contaminación cruzada entre varios cepillos de dientes. Hay diferentes cepilleros para guardar cepillos, en el mercado, para que los guardes totalmente separados, ¡es una solución mucho mejor!

No Cubrir el Cepillo de Dientes Húmedo y Colocarlo en Posición Vertical

Tras el cepillado, hay que limpiarlo con agua y depositarlo, como ya hemos dicho, preferiblemente en un cepillero individual. Ahora bien, ¿cómo guardarlo? Muchos de los cepillos dentales vienen con un plástico protector. En principio, cubrir el cepillo sería interesante, para evitar que se acumulen gérmenes y bacterias, ¿no? Pues depende.

En el caso de que acabes de utilizar el cepillo de dientes y las cerdas estén húmedas, es mejor no cerrar nada y mejorar su ventilación. Esto se debe a que, en ambientes húmedos, se fomenta la creación de microorganismos. Para que se seque más rápidamente, lo mejor es dejarlo en posición vertical. Una vez seco, puedes poner un capuchón, para protegerlo de agentes externos.

Lavado de Manos Previo

Parece un proceso obvio, pero hay veces que puede que no caigamos en la cuenta. Hay que lavarse las manos siempre, después de haber utilizado el inodoro, ¡las bacterias y gérmenes acaban en los lugares más insospechados! Por eso, toma como hábito el lavarte las manos después sí o sí.

Más importante todavía es, si después, vas a lavarte los dientes. Antes de coger el cepillo, lávate las manos, para evitar que las bacterias y gérmenes que podamos tener, hayamos ido o no al inodoro, vayan a parar a las cerdas del cepillo. Debido a la pandemia y al hincapié que se ha hecho en este tipo, hay que recordar que el lavado de manos tiene que ser exhaustivo, con jabón, y lavando bien las palmas, pero también los laterales y huecos entre dedos o las uñas.

Cambiar el Cepillo de Dientes

Intentamos exprimir al máximo el uso del cepillo de dientes, ya sea por economizar o por desidia, pero la realidad es que hay que hacerlo con mayor regularidad. Desde el primer uso del cepillo de dientes, puede empezar a haber acumulación de bacterias, por lo que cuando pasan los días, semanas y meses, esta acumulación puede ser aun más importante.

De la misma manera, la frecuencia en el uso del cepillo de dientes hace que las cerdas se separen y se desgasten. Seguro que has notado fácilmente que un cepillo está desgastado cuando lo ves “despeluchado”, ¿verdad?

El problema de que las cerdas hayan perdido resistencia va más allá de la acumulación de las bacterias, ¡pierde efectividad! Con un cepillo desgastado, por más esfuerzo que se haga, es muy complicado eliminar la placa bacteriana acumulada en los dientes y encías.

Ahora, la cuestión es: ¿cuándo hay que cambiar el cepillo de dientes? Por norma general, se tiene que reemplazar, como máximo, a los 3 meses. Podría ser antes, si ha sufrido mayor desgaste y ves que pierde fuerza a la hora de cepillarte.

Con todos estos consejos, conseguirás tener un cepillo de dientes que cumplirá todas sus funciones, libre de bacterias y con el que limpiar perfectamente la boca.

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