Tipos de Injertos Óseos Dentales
Puede suceder que por diferentes razones, alguna vez en tu vida, necesites realizarte un implante dental, pero que ese implante sea difícil colocarlo por contar con defectos óseos en el hueso maxilar o mandibular.
Pues bien, si te encuentras en esta situación no te preocupes, porque existe una solución al problema y es utilizar un injerto óseo dental.
¿No habías oído hablar de ello? Pues sigue leyendo porque te contamos en qué consiste y qué tipos podemos encontrar.
¿Qué es el injerto de hueso dental?
Como ya hemos adelantado, el injerto de hueso dental es una muy buena alternativa para solucionar aquellos casos en los que no se puede colocar un implante dental por falta de hueso.
En sí, el injerto óseo dental es una técnica quirúrgica que tiene como finalidad aumentar la cantidad de hueso del paciente para así conseguir restablecer el soporte dental y poder así colocar un implante dental.
Los huesos óseos que se suelen utilizar para el injerto de este tipo son de origen sintético o animal.
Tipos de injertos de hueso dental
Podemos encontrar los siguientes tipos de injertos de hueso.
Autoinjertos
Este tipo de injertos utiliza el hueso de otra zona del propio paciente. Es decir, que el hueso para el injerto se obtiene del propio cuerpo del paciente. En concreto, se suele obtener de la misma cavidad oral como por ejemplo el mentón o la mandíbula. En casos de necesitar más cantidad de injerto se suele acudir a la cresta ilíaca, cadera o incluso la tibia.
Los Autoinjertos o también conocidos como injerto autólogo, están muy bien valorados ya que evita rechazo inmunológico al ser del propio paciente el material utilizado. Además, permite el trasplante de células vivas lo que evita la trasmisión de enfermedades infectocontagiosas.
Si tenemos que decir algo negativo de este tipo de injertos, es que al hacerse dos intervenciones el tiempo de recuperación es mayor que el resto.
Aloinjertos
Este tipo de injertos es parecido al anterior, pero se utiliza el hueso de una tercera persona. Es decir, se injerta el hueso de otra persona, no del propio paciente. Normalmente se obtienen de personas donantes fallecidas, cuyos restos están esterilizados.
El Aloinjerto es utilizado sobre todo en aquellos casos que es necesario rehabilitar defectos en el hueso del paciente.
Aunque este tipo de injerto está muy bien, conlleva un riesgo, y es que al ser de otra persona que no es el paciente existe la posibilidad de trasmisión de enfermedades o rechazo del tejido.
Isoinjerto
Parecido al anterior, este tipo de injerto también se obtiene de otra persona diferente al paciente, pero en este caso se hace de otra persona que tiene una relación genética con el paciente.
Xenoinjertos
Por último, tenemos los xenoinjertos. Este tipo de injertos no provienen de una persona, sino que provienen de la extracción de minerales procesados y eliminación de antígenos del hueso de un animal, bovino o equino.
Este tipo de injertos no presenta prácticamente ningún riesgo para la salud del paciente.
Injerto aloplástico
Como se puede adivinar, se trata de un injerto sintético. Es decir, estamos hablando de un injerto elaborado con materiales artificiales.
En general, los injertos alopásticos son utilizados para aquellos casos en los que ha habido un rechazo de otro tipo de injerto, normalmente biológico.
Asimismo, están hechos de cristales bioactivos, cerámica o polímeros.
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