¿Cómo evitar el Dolor Mandibular y Dental en invierno?


Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas pueden desencadenar o agravar molestias en los dientes y la mandíbula. Muchas personas experimentan dolor dental y mandibular durante esta temporada debido a factores como la sensibilidad al frío, la contracción de materiales dentales, o la tensión muscular que se genera al tratar de combatir el frío. Estas molestias, que a veces parecen simples incomodidades, pueden estar vinculadas a problemas más profundos de salud bucodental que requieren atención.

En este artículo os contamos las razones detrás de estos dolores, sus posibles causas y, lo más importante, cómo prevenirlos. Además, destacaremos cómo clínicas especializadas como Clínica Dental Ferrer, en Zaragoza, pueden ofrecer tratamientos personalizados para combatir estas molestias.




¿Por qué aumenta el Dolor Dental y Mandibular en invierno?


El dolor dental y mandibular no es una simple coincidencia en invierno. Hay razones específicas que explican por qué el frío puede agravar estas molestias.

Sensibilidad dental al frío

La sensibilidad dental es uno de los problemas más comunes durante el invierno. Esto ocurre cuando la capa protectora de los dientes, el esmalte, se desgasta o las encías retroceden, dejando expuesta la dentina. La dentina contiene pequeños túbulos que conectan la superficie del diente con los nervios internos, lo que provoca una respuesta dolorosa cuando entran en contacto con estímulos fríos.

Por qué ocurre: Factores como el cepillado agresivo, caries no tratadas, consumo excesivo de alimentos ácidos o rechinar de dientes (bruxismo) pueden desgastar el esmalte o dañar las encías.

Cómo afecta: Sentir un dolor agudo y repentino al consumir alimentos fríos, bebidas o incluso al respirar aire frío puede ser señal de sensibilidad dental.

Contracción de materiales dentales

Los cambios bruscos de temperatura pueden afectar no solo a los dientes naturales, sino también a empastes, coronas o prótesis. Los materiales utilizados en estos tratamientos dentales pueden expandirse o contraerse con las temperaturas extremas, causando pequeñas fisuras o molestias.

Personas con empastes antiguos o coronas pueden notar una mayor sensibilidad en invierno debido a estos cambios.

Tensión mandibular por el frío

El frío no solo afecta los dientes, sino también los músculos y articulaciones de la mandíbula. Muchas personas tienden a tensar inconscientemente la mandíbula al estar expuestas a bajas temperaturas. Este hábito puede desencadenar dolor muscular en la zona mandibular o incluso agravar problemas existentes en la articulación temporomandibular (ATM).

Impacto en la ATM:

La tensión repetitiva puede causar rigidez, chasquidos al abrir o cerrar la boca y dificultad para masticar.


Infecciones y problemas preexistentes

El frío también puede agravar problemas dentales subyacentes, como caries no tratadas, infecciones en las encías o abscesos dentales. Estas condiciones suelen volverse más notorias con los cambios de temperatura, ya que los nervios de los dientes se vuelven más sensibles.


El invierno no tiene por qué ser sinónimo de molestias bucodentales. Adoptar ciertos hábitos preventivos puede ayudarte a proteger tus dientes y mandíbula de los efectos negativos del frío.


Protege tus dientes del frío

La exposición directa al frío puede ser especialmente dañina si ya sufres de sensibilidad dental.

Usa una bufanda o pañuelo: Cuando estés al aire libre, cubre tu boca y nariz con una bufanda. Esto ayuda a evitar que el aire frío entre en contacto directo con los dientes.


Evita cambios bruscos de temperatura: Pasar de una bebida caliente a una fría puede exacerbar la sensibilidad y causar microfisuras en el esmalte dental.



Mejora tu higiene bucal

Una buena higiene dental es fundamental para prevenir problemas que puedan empeorar en invierno.

Cepillado adecuado: Usa un cepillo de cerdas suaves para evitar el desgaste del esmalte. Utiliza una pasta dental específica para dientes sensibles.

Uso del hilo dental: Complementa tu rutina diaria con hilo dental para eliminar la placa entre los dientes, que podría aumentar el riesgo de inflamación y sensibilidad.



Relaja tu mandíbula

El estrés y el frío pueden hacer que sin darte cuenta tenses los músculos mandibulares, lo que contribuye a dolores en la ATM.

Ejercicios mandibulares: Intenta movimientos suaves de apertura y cierre de la boca para relajar la articulación. También puedes masajear los músculos cercanos a la mandíbula.

Evita masticar chicles: Masticar en exceso puede sobrecargar la mandíbula, especialmente si ya hay dolor o tensión.



Cuida lo que comes y bebes

Los alimentos y bebidas tienen un impacto directo en la salud dental, especialmente en invierno.

Limita los alimentos fríos y duros: Evita el consumo de alimentos muy fríos o difíciles de masticar, como hielo o caramelos duros.

Favorece alimentos ricos en calcio y vitamina D: Lácteos, pescados grasos y huevos son excelentes para fortalecer los dientes y huesos.



Mantén una boca hidratada

El aire seco del invierno y la calefacción pueden causar sequedad bucal, lo que aumenta el riesgo de sensibilidad y caries.

Bebe agua regularmente: La hidratación ayuda a mantener la producción de saliva, que actúa como una barrera natural contra bacterias y ácidos.

Usa enjuagues bucales hidratantes: Opta por productos sin alcohol que mantengan la humedad en la boca.




Tratamientos para el Dolor Dental y Mandibular en invierno


Si el dolor persiste a pesar de las medidas preventivas, es importante buscar tratamiento profesional. Clínicas como Clínica Dental Ferrer en Zaragoza ofrecen opciones personalizadas para tratar las molestias relacionadas con el frío.

Para la sensibilidad dental

Aplicación de flúor profesional: Un tratamiento en consulta puede reforzar el esmalte y reducir la sensibilidad.
Selladores dentales: Cubren la dentina expuesta, protegiendo las terminaciones nerviosas.
Pasta dental desensibilizante: Ayuda a bloquear las señales nerviosas de dolor.
Para el dolor mandibular
Fisioterapia mandibular: Ejercicios dirigidos por especialistas pueden aliviar la tensión en los músculos de la mandíbula.
Férulas dentales: Especialmente útiles para quienes sufren bruxismo, ya que protegen los dientes y reducen el impacto del rechinamiento nocturno.
Terapia farmacológica: En casos graves, se pueden recetar antiinflamatorios o relajantes musculares.


Cuándo consultar a un especialista

Es importante no ignorar el dolor dental o mandibular, ya que podría ser un signo de un problema más grave.

Si el dolor persiste durante varios días o empeora con el tiempo.

Si notas inflamación en las encías o dificultad para abrir la boca.

Si experimentas chasquidos o bloqueo en la mandíbula.

Si tienes sensibilidad extrema al frío, incluso con bebidas a temperatura ambiente.


El invierno puede ser un desafío para la salud dental, pero con los cuidados adecuados es posible prevenir molestias y disfrutar de la temporada sin dolor. Proteger los dientes del frío, mantener una buena higiene bucal y reducir la tensión mandibular son pasos fundamentales. Además, contar con el apoyo de expertos, como los profesionales de Clínica Dental Ferrer, asegura un diagnóstico preciso y soluciones efectivas para cualquier problema bucodental.

Este invierno, no dejes que el frío te quite la sonrisa. Adopta medidas preventivas y, ante cualquier síntoma, consulta a un especialista para mantener tu salud dental en óptimas condiciones. ¡Tu boca lo agradecerá!

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta