El papel de la saliva en la salud bucodental

La saliva es un componente fundamental de la salud bucodental que a menudo pasa desapercibido. Este fluido biológico cumple numerosas funciones esenciales para proteger y mantener el equilibrio de la cavidad oral. En este artículo, hablaremos de qué es la saliva, cuáles son sus componentes principales, cómo protege los dientes y qué medidas podemos tomar para mantener un flujo adecuado de saliva.

¿Qué es la saliva?

La saliva es un fluido producido por las glándulas salivales que se encuentra en la cavidad oral. Estas glándulas se dividen en:

  1. Glándulas parótidas: Localizadas frente a las orejas y responsables de producir saliva serosa, rica en enzimas.
  2. Glándulas submandibulares: Ubicadas debajo de la mandíbula y encargadas de generar una mezcla de saliva serosa y mucosa.
  3. Glándulas sublinguales: Situadas bajo la lengua, producen principalmente saliva mucosa.

Además, existen pequeñas glándulas salivales dispersas por toda la cavidad oral que contribuyen a mantener una hidratación constante.

Componentes principales de la saliva

La composición de la saliva incluye:

  • Agua: Constituye aproximadamente el 99% de la saliva y es esencial para hidratar y limpiar la boca.
  • Electrolitos: Incluyen sodio, potasio, calcio, magnesio y bicarbonato, fundamentales para mantener el equilibrio del pH oral.
  • Enzimas: Como la amilasa salival, que ayuda en la digestión de los carbohidratos, y la lipasa lingual, involucrada en la digestión de grasas.
  • Mucinas: Glicoproteínas que lubrican la cavidad oral y facilitan el habla y la deglución.
  • Proteínas antimicrobianas: Como la lisozima, la lactoferrina y las inmunoglobulinas, que ayudan a combatir infecciones.
  • Urea y ácido úrico: Contribuyen a la capacidad tampón de la saliva y neutralizan los ácidos producidos por las bacterias.

La saliva como protectora natural de los dientes

La saliva actúa como una defensa natural contra las amenazas que pueden dañar los dientes y las encías. Sus principales funciones protectoras son:

1. Neutralización de ácidos

El bicarbonato presente en la saliva ayuda a regular el pH de la boca. Tras consumir alimentos y bebidas, especialmente aquellos ricos en azúcares y ácidos, las bacterias orales producen ácidos que pueden desmineralizar el esmalte dental. La saliva neutraliza estos ácidos, reduciendo el riesgo de caries.

2. Remineralización del esmalte

La saliva contiene calcio y fosfato, minerales esenciales para reparar el esmalte dental desmineralizado. Además, estimula la acción de la fluorapatita cuando usamos pastas dentales con flúor, fortaleciendo la resistencia del esmalte.

3. Acción antimicrobiana

Gracias a proteínas como la lisozima y las inmunoglobulinas, la saliva inhibe el crecimiento de bacterias y hongos en la boca, previniendo enfermedades como la gingivitis y la candidiasis oral.

4. Limpieza mecánica

El flujo continuo de saliva elimina restos de alimentos y células muertas, lo que dificulta la formación de placa bacteriana y reduce el mal aliento.

Problemas asociados con la reducción del flujo salival

Cuando el flujo de saliva disminuye, la salud bucodental puede verse comprometida. Esta afección, conocida como xerostomía o sequedad bucal, puede tener diversas causas:

  • Medicamentos: Algunos antihistamínicos, antidepresivos y medicamentos para la hipertensión pueden reducir la producción de saliva.
  • Enfermedades sistémicas: Como el síndrome de Sjögren, la diabetes y la artritis reumatoide.
  • Tratamientos oncológicos: La radioterapia y la quimioterapia pueden dañar las glándulas salivales.
  • Deshidratación: Provocada por insuficiente ingesta de agua o pérdida excesiva de líquidos.

Consecuencias de la xerostomía

  • Incremento en el riesgo de caries y enfermedades periodontales.
  • Dificultad para hablar, masticar y tragar.
  • Sensación de ardor o irritación en la lengua y las encías.
  • Mal aliento persistente.

Cómo mantener un flujo adecuado de saliva

Un flujo salival saludable es clave para preservar la salud bucodental. Aquí te ofrecemos algunas recomendaciones:

  1. Hidrátate adecuadamente: Beber suficiente agua durante el día es esencial para estimular la producción de saliva y prevenir la sequedad bucal.
  2. Consume una dieta equilibrada: Incorpora alimentos ricos en fibras, como frutas y verduras, que estimulan el flujo salival mediante la masticación. Limita los alimentos ricos en azúcares y ácidos.
  3. Evita el tabaco y el alcohol: Ambos pueden causar sequedad bucal y aumentar el riesgo de enfermedades orales.
  4. Utiliza productos para estimular la saliva: Chicles o caramelos sin azúcar, especialmente los que contienen xilitol, pueden promover el flujo salival y proteger contra las caries.
  5. Consulta a tu dentista regularmente: Un profesional puede identificar signos tempranos de xerostomía y recomendar tratamientos específicos.

La importancia de una higiene bucal adecuada

Aunque la saliva es un poderoso protector natural, una rutina de higiene bucal completa es imprescindible para mantener la salud dental:

  • Cepíllate los dientes al menos dos veces al día con una pasta dental con flúor.
  • Usa hilo dental diariamente para eliminar la placa entre los dientes.
  • Considera enjuagues bucales que complementen la acción protectora de la saliva.

Una defensa natural que merece cuidado

La saliva es mucho más que un fluido presente en nuestra boca. Su papel en la salud bucodental es vital, desde la protección contra caries y enfermedades periodontales hasta la remineralización del esmalte y la defensa contra microorganismos. Mantener un flujo salival adecuado no solo mejora nuestra salud oral, sino también nuestra calidad de vida.

Recuerda que la clave está en adoptar hábitos saludables, mantenerse hidratado y acudir regularmente al dentista. Si tienes dudas sobre cómo cuidar tu salud bucodental, en Clínica Dental Ferrer García estamos para ayudarte. No dudes en contactar con nosotros para una evaluación personalizada.